En la nota escrita por la redacción -sección política- del diario El Tiempo hay trazas de malestar y casi de indignación por la captura del excongresista Mario Uribe, pieza clave de la reelección y de la hegemonía política del actual presidente. El Tiempo muestra un cierto enfado por la “incómoda protesta” frente a la Embajada de Costa Rica y dice que los manifestantes “no tenían una orden de captura, pero si un discurso exaltado” -atribuido a Iván Cepeda-. El periódico llega a insinuar que los manifestantes con: “Carteles ofensivos, protestas, una inusual serenata y hasta un ataúd de cartón interrumpieron la paz que trató de hallar (Mario Uribe) en esa sede diplomática”. La nota acaba en una especie de ‘estupor patriótico’ por la presencia de la noticia en distintos medios internacionales (primera plana en Estados Unidos, Inglaterra y España).
En aquellos medios, a pesar del ‘dolor’ que muestra El Tiempo, la manifestación de las víctimas hace parte de la noticia, porque se trata de un aspecto más de la crisis institucional que sufre el país y del legítimo derecho de los ciudadanos a expresar su posición frente a la violación de sus derechos. Ningún medio de comunicación tiene la potestad para calificar y despreciar el dolor de las víctimas mostrando su protesta como una manifestación vocinglera e inoportuna.
La actitud insolidaria y peyorativa del diario El Tiempo hacia las víctimas refleja la actitud de un sector del periodismo nacional, así que El Pellizco sirve de eco a una invitación -que ya ha circulado por ahí- para boicotear al Tiempo: 1. Borre a este diario de la pagina de favoritos; 2. No compre este periódico; 3. Hay otros medios en el país (Semana, El Espectador, Un Pasquín), y en Internet (Equinoxio, BBC, Reuters, El País, El Mundo); 4. Elija el medio de comunicación que sea más imparcial y ofrezca una información sin prejuicios, ni compromisos previos.
Recordemos que la desobediencia civil (un boicot por ejemplo) es una forma de solidaridad, una acción individual que inspira la transformación de nuestras vidas y de nuestro entorno.
En aquellos medios, a pesar del ‘dolor’ que muestra El Tiempo, la manifestación de las víctimas hace parte de la noticia, porque se trata de un aspecto más de la crisis institucional que sufre el país y del legítimo derecho de los ciudadanos a expresar su posición frente a la violación de sus derechos. Ningún medio de comunicación tiene la potestad para calificar y despreciar el dolor de las víctimas mostrando su protesta como una manifestación vocinglera e inoportuna.
La actitud insolidaria y peyorativa del diario El Tiempo hacia las víctimas refleja la actitud de un sector del periodismo nacional, así que El Pellizco sirve de eco a una invitación -que ya ha circulado por ahí- para boicotear al Tiempo: 1. Borre a este diario de la pagina de favoritos; 2. No compre este periódico; 3. Hay otros medios en el país (Semana, El Espectador, Un Pasquín), y en Internet (Equinoxio, BBC, Reuters, El País, El Mundo); 4. Elija el medio de comunicación que sea más imparcial y ofrezca una información sin prejuicios, ni compromisos previos.
Recordemos que la desobediencia civil (un boicot por ejemplo) es una forma de solidaridad, una acción individual que inspira la transformación de nuestras vidas y de nuestro entorno.
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