27/5/08

EL RÉQUIEM DE LOS ENEMIGOS



I
Aquel verso no debe ser escrito, es el verso enemigo
Versos de un caza gallinas, de un lamenta palacios,
de los enemigos que abandona la muerte en los brazos de una concubina
Los enemigos carecen de justicia, alma o salud, son muertos que se agradecen,
victorias de un mundo que celebra exequias festivas
A los enemigos un equívoco nombre les roba el cuerpo
y su rostro descompuesto es la primicia de otra cara,
más fuerte y lozana, que sonríe -sin voluntad- por y para todos
Los enemigos caminan por las veredas de una muerte gemela
y olvidan al amor como a migajas endurecidas en un palomar vacío
Ellos son los otros, ustedes los demás y nosotros los testigos,
los siervos cansados, el rebaño que desprende olor a cordero joven,
a carne para lobo, a chacal en la cercanía
Los enemigos se multiplican como los vicios, perduran en las leyes,
parasitan la miseria de los otros que no son ellos, o que son, a lo mejor,
los demás que han dejado de ser ellos, pero que siempre serán los otros
Antes eran vecinos en el mercado: uno, el del queso, el otro, el de la fruta,
aquel, carnicero, el de la esquina, morcillero
-las guerras centenarias empiezan en una pelea de verduleros-

II
Un día cargados de enemigos insultamos a los espejos,
y deseamos una muerte que absorba el reflejo agotado
del enemigo que somos todos para cada cual,
un carnaval de ahogados que cantan desde el fondo del río:

‘Odiarás a tú enemigo como a ti mismo’
‘El enemigo de mi enemigo es doble enemigo’
‘Es mejor enemigo conocido que otro nuevo por conocer’
‘Enemigo come enemigo’
‘Más vale enemigo en mano que ciento volando’

Los enemigos son el dilatado contagio de una voraz semejanza,
acosada entre las sabanas o perseguida hasta la caja de los gatos
Desperdigados, en urnas de cartón o en retratos familiares
los enemigos navegan por la historia de una venganza fraterna,
náufragos de jornadas miedosas bajo los platanales,
cerca de las moscas que zumban enloquecidas
y de los perros que huyen de su propia sombra
Los enemigos desposados borran de la memoria el día en que celebraron
aquella ambiciosa unión, olvidan la piedad,
compran el perdón que les ata a la rueda de un destino iracundo
Hombres de carne enemiga,
mujeres de ternura enemiga,
niños de cara enemiga,
multitudes enemigas que deambulan por los televisores
Insoportables versos que nacen para ser condenados,
absurdos versos enemigos.

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