20/7/07

BOOGIES Y BORBONES


Un efecto secundario de la dominación borbónica es que si alguien le da por pasarse en el chascarrillo con los monarcas acaba en la cana, dos años por “insultar” a la corona. Pues quien dijo miedo…la revista ‘el jueves’ ha tenido que recoger edición por orden judicial. A esto se le llama democracia. El chiste le caía muy bien a la repartición de un subsidio de fertilidad que el gobierno sacó a última hora para ir calentando las urnas. La picaresca indica que en pos de los eurazos habrá más de uno que se ponga en la tarea de engendrar y los primeros, como no, serán miembros de la aristocracia que dependen para todo de una descendencia. Esto ha pasado el mismo día en que el negro Fontanarrosa nos ha dejado. Espero que nadie quiera recoger al huérfano Boogie, el sujeto más comedido, educado y políticamente correcto jamás dibujado.

18/7/07

LAS MAZMORRAS DEL PALACIO

El informe parlamentario que explicó en su día (1986) los hechos decía que en las desapariciones que sucedieron después de la ‘Toma’ no estuvieron involucradas las fuerzas democráticas. Veinte años después (2006) una comisión financiada por universidades y familiares de las víctimas llega a otras conclusiones. Entre ellas que los desaparecidos fueron torturados y ejecutados en guarniciones militares. Los informes coinciden en el papel de la presidencia en los hechos, uno dice que no cabe responsabilidad alguna y el otro que hubo un ‘vacío’ de poder. En pocas palabras es la misma cosa porque si tal vacío ocurrió no hay responsable -lavadita de manos-.
Betancur, el célebre e irresponsable humanista -que no pasó al teléfono cuando le tocaba- ha rendido numerosas declaraciones en las que reitera la omisión del ejecutivo en los hechos y el sujeto sigue tan campante, como el resto de las instituciones del Estado que se han dedicado a tapar esta omisión durante más de veinte años. En su día lo hizo Barco quien encargó del trabajo al tapa-todo Serpa, después el Procurador Arrieta quiso revivir el asunto y el fiscal general traspapeló el inventario de inconsistencias que el país llevaba diez años tragándose. Después llegó la reinserción de los mecánicos con sus bailes y obligados emparejamientos, más una carretillada de cordial olvido. Los demás dignatarios de la década perdida tenían tal confusión entre manos que prefirieron mirar al futuro sin miedo, les esperaba una cátedra de colombianidad en Georgetown. Así que en esos postreros años del siglo XX el operativo de la plaza se mencionaba con rapidez de aniversario, año cumplido y a olvidar.
Hasta que se cumplió la segunda década de los hechos con un ‘moralista’ en el poder. La ventaja de un gobernante al borde de la oración y el puritanismo es la eficiencia con la que se dedica a sacar los trapos sucios de los otros. ‘Tapo lo propio y destapo lo ajeno’, una estrategia que funciona en un país en que es fácil distraerse con la desgracia del prójimo. En algunos medios impresos se llegó a cuestionar esta actitud, pues el silencio ya convenido le permitía dormir en paz a un tímido y envejecido hombre de letras. En estos años han aparecido testigos secretos, cintas de video con reveladoras imágenes y pruebas por doquier.
De un día para otro se sabe casi todo, después de veinte años de gubernamental omisión. El moralista con su estrategia busca desprestigiar al ejecutivo que se dejó mandar por los subalternos de uniforme y de paso recordarle a ciertos miembros de la oposición que aun no han explicado la cagadita de la ‘Toma’. Esto es sólo un conveniente y oportuno uso de la ‘verdad’ en provecho de intereses muy particulares, lo que oculta la cadena de mentiras a la que se ha sometido por décadas a la sociedad colombiana. Verdad y mentira en la historia del país son una forma de distracción, recurrimos a la verificación de la memoria para olvidarnos de la falsificación del presente. Los dignatarios que hablan por los canales oficiales de la verdad con mayúsculas son los mismos que en voz baja pactaron un telón de silencio. Es el destino del país, pues resulta inevitable que la nación contemple la tragedia del pasado y busque la verdad, y al mismo tiempo se atemorice ante el horror del presente y los disfraces que lo disimulan. La nación no se cansa de recordar sus calamidades -mil nueves de abril, ‘tomas’ y demás atentados- y con el mismo ánimo con el que las recuerda, olvida que las repite una detrás de la otra, aunque después procura recordarlas con todos sus horribles detalles.
En este circulo vicioso es indispensable un improbable ‘alguien’ que baja -de vez en cuando- a las mazmorras de palacio en las que se acumula toda la mierda nacional. Aquel ’alguien’ saca una escasa porción de lo más podrido de la historia del país en nombre de los justos que quieren saber ‘toda’ la verdad. Creo que en nombre de los demás justos, ese mismo ‘alguien’ debería sacar a flote de una vez por todas cuanta mierda halla en esas mazmorras: las omisiones del famélico poder ejecutivo -nacional y regional- en las miles de masacres que enlutan a las silenciosas víctimas de la reorganización territorial que sufre el país, los incontables magnicidios no resueltos, los contratos fraudulentos para legislar en nombre de una cuenta en dólares…etc., si alguien conoce a ese ‘alguien’ que baja a las mazmorras por favor dígale que deje de usar gotero para extraer las miserias del orto de la nación y se arme de pala mecánica y buldózer para hacer un ‘lavado’ con fundamento !!!!carajo¡¡¡¡
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