Es el consejo de la sagaz prensa nacional al gobierno. Use la inteligencia, use lo que en la jerga militar se llama contra-inteligencia -puede que a Juanma le sea más afín-, pero nadie dispone en el gobierno de estas facultades. Al menos queda la suficiente habilidad para montar una escenita, a lo call of duty, en la que a uno de los ejércitos más financiados y mejor apertrechados del continente se entera -por casualidad en la mitad de la selva- de que le ‘afanan’ sus planes y estrategias. La consecuencia: perdimos la guerra y tenemos una explicación antes de rendirnos.
Una vez montada la escenita y la rueda de prensa, nos podemos olvidar que la reelección existe en las leyes del país gracias a la supuesta eficacia de aquellos planes robados, comprados, canjeados…lo que sea. Lo que una vez fue el sentido político de una gloriosa empresa nacional en la que todos creyeron y por la que todos votaron, ahora es un error de la inteligencia, una ‘relativa’ filtración. Nadie tiene la culpa y las guerras se pueden ir prometiendo por ganadas, perdidas, negociadas y olvidadas. El caso es prometer la guerra, el caso es gritar como un loco que se ganará, el caso es entusiasmar a un país extraviado, maltratado y empobrecido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario