3/3/07

ENTRE INVISIBLES (Festival de Berlín 2007)



Barden (Mar adentro) llamó a unos amigos Wenders (París, Texas; El cielo sobre Berlín; Tocando a las puertas del cielo; Alicia en las ciudades), Coixet (La vida secreta de las palabras) o León de Aranoa (Los lunes al sol) ahí de bacilón. El encargo, realizar un capítulo dedicado a países en crisis humanitaria para un documental a coro. A estos países, Médicos sin fronteras les llama ‘invisibles’ porque nadie se interesa por ellos, ni los medios de comunicación, ni los servicios internacionales -inútiles por vocación- y mucho menos sus gobernantes. Aunque a veces el cine, güevolliwood, hurga en el club de los invisibles buscando alguna historia de explotación absurda o sufrimiento infame.
En la exclusiva lista de sociedades en el límite del abandono y la barbarie está Uganda por el reclutamiento infantil para la guerra; las zonas de Suramérica con mal de chagas, ahora incurable porque las farmacéuticas ya no producen medicación para 18 millones de pobres; Centroáfrica y la enfermedad del sueño que puede curarse con un medicamento usado en Europa para controlar el vello corporal; el Congo y las agresiones contra la mujer en medio de la guerra; y por último, en este ejemplar conjunto, aparece Colombia con tres millones de desplazados.
Me repaso este prestigioso balance para ver el mal de chagas en el Catatumbo o en cualquier selva, las mujeres ultrajadas que huyen a las capitales de provincia, los hijos reclutados por la violencia ¿falta la enfermedad del sueño? En nuestro país ‘invisible’ se acumulan los males de los demás miembros de la lista. El impasible club visto desde Colombia parece tener un solo miembro. Sin embargo, somos invisibles para nosotros mismos y no hay espejo posible, ni reflejo en lugar alguno.
Este documental no será estrenado junto a ‘Showgirls’ o ‘The Queen’ en el Andino, porque se trata de un insulto, un descrédito al país de la pasión…un ‘invisible’ apasionado por su conveniente ceguera. No somos invisibles porque el resto del mundo no nos quieran ver, sino porque estamos cegados en un mar de claridad. Somos el Edipo que vaga por los caminos con los ojos en sus manos, va siempre p'lante en su marcha hacia ningún lugar. Más que un país sin reflejo en el espejo del mundo, se trata de un país cegado por la cosmopolita Bogotá, la industriosa Medellín y la Hay-Cartagena.
Algo más en: http://www.msf.es/noticias/noticias_basicas/2007/Invisibles.asp

1 comentario:

Oscar Guarín Martínez dijo...

Ciegos como siempre, pero tambien sordos y sobre todo mudos.

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