20/11/07

Tapen, tapen: una estética de la negación


Los Rebeldes del Sur captures a few moments of festive time in which soldiers perform to an audience made up of visitors as well as local residents from the town. It is a humane, empathetic image shot with an old video camera so that the poor quality of the video reflects the precariousness of its context and functions more like a simple document than an invasive artistic intervention. And while the image of uniformed, fully armed guerilla rebels appropriating a musical genre typically associated with love and heartbreak appears at first to be so perverse and contradictory, Vallenato has long been a genre that articulated the daily struggles of rural people and thus functioned as a subtle form of popular protest. It is also a genre that is intricately connected to the culture of drug trafficking but perhaps most importantly has become an important symbol of nationalistic pride and self-definition.
Wilson Diaz

La diplomacia criolla no quiere arte, sino maquillaje. Este es el propósito de las delegaciones que usan sus limitadas competencias en el exterior para impugnar obras de arte, documentales o cualquier testimonio que enturbie la ‘imagen’ del país que dicen representar. Esto sucedió en su día con Noemí y el documental de Luís Buñuel, sucede ahora en una exposición en Gales y seguirá ocurriendo. Es evidente que Escobar tuvo un zoo en su modesta propiedad y también que las guerrillas tienen grupos vallenatos, pero los servicios consulares están para obviar lo que esto implica y niegan cualquier tipo de representación de la realidad nacional. Si sucede fuera ¿qué pasa dentro? Está claro que la sociedad colombiana vive una sistemática auto-censura y pro-censura en todos sus estamentos, lo que indica que hay un poder sancionador que amordaza la imaginación y la reflexión. A pesar de ello, los artistas hace tiempo que hablan sobre la relación entre sus obras y la realidad nacional frente a la estética de la negación que ahoga a la sociedad. “Si el río suena…” lo oímos porque una vez más la ‘diplomacia del sur’ quiso ahogar a un artista. El río no deja de sonar, mientras el baile de las embajadas en Europa intercambia sus parejas: Noemí para Londres, Medellín para Holanda.
Más en:
http://esferapublica.org/nfblog/?p=1079

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...